Que nuestra ciudad es una de las grandes olvidadas de este país es de sobra conocido. Que cada vez hay más despoblación también. Por eso desde este post queremos reivindicar lo que tenemos y nos hace diferentes, a Zamora y a los zamoranos.
Dentro de una misma Zamora podemos encontrar muchas “Zamoras”. Zamora, capital del Románico, Zamora y la Semana Santa, Zamora y el Duero, Zamora el castillo y la muralla, Zamora y el modernismo, Zamora y su gastronomía, Zamora ciudad de congresos, Zamora y su provincia… son algunos de los ejemplos que nos hacen valorar lo que nuestra ciudad puede ofrecer al turismo nacional y extranjero.
Aunque en próximos post hablemos más detenidamente de esas “Zamoras” vamos a hacer un breve resumen para situarnos. Describiendo desde las cosas más evidentes y que más explotamos (últimamente) como imagen de nuestra ciudad hasta lo que pasa más desapercibido.
Podemos hablar de una ciudad pequeña. Los últimos datos hablan de una localidad con poco más de sesenta y tres mil habitantes. Con buenas conexiones en infraestructuras. Por autovía hacia la Salamanca, León (Ruta de la Plata) y Valladolid y por el AVE hacia Galicia y Madrid acercándonos a la capital española en poco más de una hora.
¿Qué ver una vez aquí?
Pues para empezar una de las características que definen a Zamora es como referente del Románico, con más de una veintena de iglesias restauradas y que se pueden visitar tanto por dentro como por fuera. Estamos acostumbrados a ver magníficas obras de arquitectura fuera de nuestra ciudad, sin valorar en muchos casos lo que los de fuera valoran lo nuestro.
¿Qué decir de la Semana Santa? Con esa emoción desde la primera procesión. Con el olor a incienso, con el sonido del Barandales. Con la solemnidad. El respeto. El recogimiento. Con los pasos que acompañan a los cofrades…Emociones incomparables que sólo se viven si estás en Zamora en esas fechas. Pero la Semana Santa también es gastronomía. Son las sopas de ajo el viernes santo por la mañana o el dos y pingada el domingo de Resurrección.
“Zamora la bien cercada” recoge uno de los versos más famosos que definen una parte de la historia de nuestra localidad. Cercada por una muralla destinada a la defensa de la ciudad y que llega hasta nuestros días como recuerdo de lo que fue un día nuestra ciudad. En uno de esos puntos se encuentra el castillo de planta romboidal y que vivió su época de esplendor durante la Edad Media. Hoy en día sirve como lugar de visitas y uno de los lugares donde se puede divisar una de las vistas más bonitas de la ciudad.
Pero Zamora son también los zamoranos que hacen posible con su esfuerzo diario todas esas “Zamoras”. También son todas esos pequeños negocios y empresas que apuestan por la economía local. Desde bares y restaurantes pasando por el comercio, los talleres, las empresas de transporte, de construcción, gestorías y asesorías… Y todas ellas las podrás encontrar en nuestra guía de Zamora.